miércoles, 14 de octubre de 2009

Exposición nº2 Thomas Hirschhorn The Subjeters

Thomas Hirschhorn
The Subjeters

A la llegada a la exposición de Thomas Hirschhorn, nos encontramos con la exposición “The Subjeters”, que está formada por seis vitrinas y dos instalaciones. En concreto, la instalación “Ingrowth”, se resume en un escaparate gigante dividido en tres zonas, con un total de doce maniquíes de mujeres, cuatro en cada una, sin ropa y de una forma aparentemente sencilla, porque casi todos están de pie con los brazos hacia abajo. El color de los escaparates es blanco en las paredes, y rojo para el suelo, y en la parte de arriba hay colocados fluorescentes que iluminan la instalación, lo que le da mucha más apariencia de escaparate. De las paredes salen cables color azul grisáceo que atraviesan la estancia hasta la otra pared. De esta manera el resultado final es de un enmarañado de cables colocados delante de los maniquíes y que da un sentido de caos y desorden, que en los mismos escaparates no suele haber. Dichos cables están sujetos con cinta aislante normal y corriente, lo que da una sensación de dejadez o descuido a la hora de elegir ese material. Pero lo que sí que está claro es que Thomas Hirschhorn lo hace por un buen motivo, quizá para entremezclar los materiales cotidianos y elementos comunes con esos maniquíes que podrían representar a la sociedad.

En esta instalación en concreto, los maniquíes están agujereados por el cuerpo y medio tapados con esa cinta adhesiva, y con palabras en la cabeza como paz o esperanza. Justo a la izquierda de cada maniquí, hay situados cuatro bustos (también de maniquí) vestidos con ropa de deporte y agujereados de la misma forma que los de arriba. Éstos últimos están sujetos al suelo con cinta.

Hay otras dos instalaciones del mismo estilo en esta exposición de Thomas Hirschhorn, en las que también hay maniquíes con vísceras de plástico algunos, o con revistas o muñecos manga en otros, con una pelota gigante representando el mundo, sujeto por brazos de maniquíes, pero en definitiva toda la exposición se resume a un conjunto de vitrinas con maniquíes de diferente manera, con un martillo y rodeado de herramientas en alguna, o con objetos bastante cotidianos en otras.
En definitiva, se trata de una obra bastante personal, que expresa las ideas del autor sobre una sociedad consumista y que se preocupa muy poco por los problemas actuales. Esto último se ve muy bien reflejado por ejemplo en las fotografías bélicas de explosiones o en los bustos que aparecen en el suelo. Personalmente me parece una buena manera de llamar la atención a una sociedad inmersa en sus propios mundos.

1 comentario:

  1. si te interesa el tema que apuntas te gustara el libro "Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias" - de Zygmunt Bauman

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